El pasado día 1 de Septiembre en un marco incomparable, el Hotel Mirador de Siurana, en el pueblo Siurana, en la comarca del Priorat, tierra de vinos y rodeados de bosques, barrancos y mucha historia tuvo lugar el enlace de dos personas muy queridas para nosotros, Josep y Patricia.
El vestido de Patricia es un diseño hecho exclusivamente para ella por mi, Flavio, el vestido estaba realizado en seda de saco, corte imperio y debajo del pecho una cinta de raso que acababa detras con un lazo, estaba el escote y la espalda ribeteado en galón beige una pieza vintage, y botones de perla en la espalda.
la parte de arriba del vestido era en forma de chaleco y acababa en cola todo en gaipur bordado en blanco con lentejuelas mate, se abrochaba con un lazo debajo del pecho y estaba ribeteado con el mismo galón vintage. Detrás una gran pinza lo abría para acabar en cola redonda la que se tuvo que coser así como en el cuello una a una las hojas del gaipur. Y debajo de la cola un dobladillo de lo mas original, una cinta de raso haciendo rosetones, que aunque no se podía ver daba un acabado majestuoso, y lo más importante Patricia estaba espectacular.
El ramo y la diadema con pequeñas flores en pastel y plumas en el ramo daban aun más luz a Patricia.
Josep para el día eligió un look de lo más acorde con el y con el entorno, pantalón en azul cielo de CP company, camisa de algodón y chaqueta de algodón nude de Essemplare, pajarita en hojas nude y marrones y mocasines hechos a mano de ante de Preventi, estaba no guapo lo siguiente.
El lugar no podía ser más idílico, romántico y especial. Patricia se encargó junto a Josep de todo, la música de la ceremonia, cantada por una voz excepcional entre estanques de nenúfares y peces de colores. Después de esto pudimos degustar en los mismos jardines cava rosado y productos típicos de la región, como tartaletas de espinacas, fideua, coca de escalivada con anchoas y así un sin fin de deliciosos platos.
Por el camino que nos llevaba al banquete situado entre pinos en una carpa maravillosa, podíamos encontrar cintas y encajes que volaban por nuestras cabezas, colgados de los arboles y al llegar a la entrada de la carpa nos esperaba unos pergaminos con unas letras en tela, en los que podíamos ver la disposición de las mesas.
Las mesas decoradas en manteles negros y tapetes de ganchillo, con centros de cristal forrados o adornados con lazos, encajes, y cintas vintage, de los que un frondoso ramo de flores de colores rosas naranjas se entremezclaban con hierbas de la zona, aromáticas, hiedras y un sin fin de flores, era espectacular. El banquete no podía ser menos y lo disfrutamos junto a vinos y cavas de la región y así hasta altas horas de la madrugada.
Una boda llena de detalles, de momentos inolvidables, de muchos sentimientos, de alegrías, de amor, de felicidad, de tantas y tantas cosas que solo puedo decir que millones de gracias por compartir este día, os quiero, felicidades Patricia y Josep.
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